jueves, 26 de marzo de 2015

Desde la nube.

Hoy parece ser uno de esos días en que te ocupa la amargura, en que te sientes prisionera. Pero no sé si el ego te obliga a echarme la culpa. Sientes medio, de perder esa libertad que ninguno tenemos, porque somos todos prisioneros, del hogar, del dinero, del honor y la palabra.
Somos prisioneros del placer, de la labor a cambio del salario o por compromiso social.
Somos prisioneros si nos rendimos y si seguimos en la lucha también.

Desde tu nube miras, a veces con tonos de deidad, masticando jugos de anarquía. Desde allí tomas decisiones que se precipitan como el tiempo; discursos del hoy, aterrados por todo aquello que aún no existe.
Y versas con afirmativa energía, y con un volumen antonimamente necesario para escucharte, convencerte y cancelar alguna posible oposición. Para llegar victoriosa a tu morada, lo que no significa estrictamente haber ganado la batalla que antes se libró; porque al final del día todos llegamos a analizar la jornada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario