sábado, 15 de abril de 2017

jCF

Son el pus de la mirada, llaga por boca, de donde supuran palabras con un aliento que carcome. Por ansías mastican sus uñas de moco. Pasos que erosionan. Puño y letra que asesinan la salud publica y la educación, trazos que fabrican casetas de cartón. Mientras en las calles se barre por comida, aluminio y cobre, para ellos los peldaños son ejercicio excesivo provocándoles aceleración en el excremento que circula pos sus venas; es por eso que van en ascensor.

Muros y fronteras

Se levanta un pedazo de tela,
Delimitando líneas de cultura e ideas. 
Y en piedra, cal y arena erigen objetos
casi imposibles de sortear,
muros de viento y saliva. 

De lo que se anhela ser nos aparta el quehacer del otro, 
la promesa es un sueño caro,
vienieron a cobrarnos lo que ya nos arrebataron.
Entonces hay que lanzar piedras al cielo, para derribar su alcoba de ambrosía, 
puesto que se quedó dormido el muy hijo de puta.
Mientras, podremos soltar el teléfono y asesinar el cordero de una vez por todas.
Agosta el cantar de ese himno tan idiota.
Hay que derritir el escudo y amputarle las patas al reino de los cerdos
e izar un trapo negro ¡Es carnaval!

Y es que nos cansamos de tener la ducha rota, de caminar entre el hedor de dos de hidrógeno y uno de carbono, de quedarnos a oscuras. Ya estamos cansados, tal vez demasiado. De que cada estar en la noche ante el solitario cantar del coquí.

Ya nos cansamos de romper la hucha, 
de tener la nevera dañada.

De querer cruzar, sin que nos cueste, 
entre la calima de una blanquiazul frontera. 
Estamos cansados de ser siempre quienes tienen que escuchar y de hablar con muros, en línea y sombra.
Extenuados de cantarnos a nosotros mismos,
porque ni a los dioses ni al mundo los inquisidores se les permite escuchar.

Mas aquí estamos preparando escudos de vinagre para caballos de pimienta.
Afilando lanzas de palabras para asesinar una PROMESA,
y los artesanos labran collares de sol para esos que nos quieren desangrar.

Al ritmo de bomba, en la frontera nos quitamos la ropa, que vamo'a romper por debajo,
tenemos pedazos del muro en la boca.