lunes, 3 de mayo de 2010

¡Que vivan los Estudiantes!

Como muchos o algunos, he seguido el proceso del paro de la UPR, ya convertido en huelga, como ya sabemos el movimiento no solo se ha extendido al resto de los recintos, si no también a otros sectores, madres, profesores, la comunidad gay, trabajadores, la iglesia, artistas entre otros. Tanto así que ayer se celebró el concierto: -"¡Que vivan los estudiantes!"- Allí se pudo apreciar la capacidad de consenso que tiene esa llamada minoría. A raíz de comentarios que he leído en una red social y respondiendo a un señalamiento de que los estudiantes son unos vividores y que se dejen de huelgas y se pongan a estudiar escribo lo siguiente.

Soy hijo de un pintor, nacido frente a la bahía de San Juan en el pueblito pesquero de Cataño, mi padre nació para ser pintor y tenía que hacerlo a escondidas de su padre, pues este le decía que eso no era una carrera y que moriría de hambre (típico discurso de un padre convencional a un joven artista). Obtuvo su bachillerato en Artes Plásticas en la UPR porque ejerció su derecho a una excelente educación, aprovechó al máximo toda la ayuda que le brindaron y luchó para poder estudiar lo que el quería, claro, luego de haber estudiado Contabilidad porque su padre así le exigió a él y a sus hermanos, tendría que hacer carreras las que según entendía mi abuelo, eran de provecho, contable, abogado y médico. Así que mi padre le entregó el diploma en contabilidad a mi abuelo y le dijo: -"Aquí está tu diploma, ahora me voy a estudiar lo que a mi me gusta, pintura."-
 Le otorgaron la beca Guggenheim y se fué a estudiar a New School for Social Research, luego a la escuela de Artes Plásticas en Florencia. Terminó sus estudios, y regresó a Puerto Rico donde ha sido una figura importante en el arte impresionista. Viví mi niñez en la UPR cuando mi padre Julio Rosado del Valle ejerció como Artista Residente. Apoyo la huelga porque dentro de poco volveré a estudiar y será en el Alma Mater de mis padres donde mi madre también obtuvo dos Maestrías, los apoyo porque un pueblo sin educación sería una manada de bestias sin sensibilidad, sin respeto por la vida, la libertad de expresión, un pueblo sin educación carece de tolerancia y suma la intransigencia que destaca a la administración de la UPR y otros servidores públicos de nuestra democracia.
Sin más, solo quiero decir que no estáis solos, la vivencia de ayer nos despierta, nos da el coraje de luchar por nuestros derechos y nos hace sentir orgullosos de ser Puertorriqueños, ustedes son el ejemplo.

¡Que vivan los estudiantes!

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