lunes, 29 de julio de 2013

Ciudadela


Tienes razón, que afuera todo está jodido,
y que el realismo destruye la ilusión del optimista;
a la sazón dices que allí dentro algo no anda bien,
que algo anda perdido.
El reglamento decreta mantenerse
fuera de tu alcance,
mas allí convine cercano a la tormenta.

Tus gritos confinados atravesaron los muros,
pidiendo un auxilio tímido y vago.
De la adhesión sufriste los ataques desvaríos
y rompió en tu centro la fría parvedad de la noche.
Bajo el astro, entre bretes de delirio
y modorra ,do resulta difícil
topar el punto intermedio;
que hoy tus lumbreras logran narrar.

No usaré armas que soslayen tus tabiques,
para llegar a tu jardín,
pues así enardecen cicatrices: películas
que regeneran y fortalecen.
Y destilando transparencia, tus garitas liquidaron sus ataques,
baja el puente; cruzo sin miedo y con calma
arribo para arrimar el hombro .

No busco la utopía ni la leyenda de lo eterno,
solamente vagar tus calles y en tus plazas chamuscarme.
Busco la fuente, para dar lumbre en la solitud de la noche fría,
hasta penetrar la obscuridad del bochornoso relente.
No voy tras botín alguno,
solo estar cuanto me suscribas.
Traigo motetes del África, de la Europa y del medio oriente,
y para lo carnal, traigo también la antropofagia de los Caribes.

Traigo sonidos, letras y colores,
sé lo inevitable que resulta la muerte;
no la dulzura sitiada que tus paredes escudan.
Y si algo o todo tuviere que dejar,
gustoso; que al marcharme de ti
llevaré tu perfume en mi vientre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario