miércoles, 23 de septiembre de 2015

Azufre, goma y caramelo.

Púrpura, con olor a goma y caramelo, es lo que sientes hacia mí. Y azufre es el color de la voz que me reconforta.
Arena es la ausencia que me quema, 
como ese infinito trayecto hacia la orilla que abrasa la planta de los pies;
hasta sentir la saliva fresca de Neptuno y Poseidón (mientras que el dios griego me resulta más caro, es por necesidad poética que menciono al primero). Se cierran los ojos y abrazo la almohada, recorriendo senderos en busca de tu rastro. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Terror remoto.

Creo en el tacto y las miradas. Creo en las voces desnudas, sin moderación. Creo en el gesto, en la postura y en la belleza de la inmediatez. Me aterra que esta animalidad se trueque con lo inánime remoto de la era digital.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Deconstrucción

Hoy destruyo todo lo que quise construir contigo y descubro que la mentira es la verdad disfrazada entre todas las mentiras. Que la epifanía más clara es entender que para ponerse manos a la obra no necesito de ti ni de ninguna ninfa o musa. Que lo hubiera dado todo por ti, que tal vez di demasiado, que de ti espere de más cuando no debía esperar nada. Que lo único que necesito es abandonar la hoguera y cambiar las herramientas de la diversión por unas más arcaicas, las de producción. Que lo que necesito no es tu calor en mi cama, si no llevarme a ella la satisfacción de cumplir mis metas. Que el amor no es decir te amo, sino hacer lo que se siente que se tiene que hacer. Que la libertad no está en dejar al otro ser libre, sino liberarse de el. 

jueves, 26 de marzo de 2015

Desde la nube.

Hoy parece ser uno de esos días en que te ocupa la amargura, en que te sientes prisionera. Pero no sé si el ego te obliga a echarme la culpa. Sientes medio, de perder esa libertad que ninguno tenemos, porque somos todos prisioneros, del hogar, del dinero, del honor y la palabra.
Somos prisioneros del placer, de la labor a cambio del salario o por compromiso social.
Somos prisioneros si nos rendimos y si seguimos en la lucha también.

Desde tu nube miras, a veces con tonos de deidad, masticando jugos de anarquía. Desde allí tomas decisiones que se precipitan como el tiempo; discursos del hoy, aterrados por todo aquello que aún no existe.
Y versas con afirmativa energía, y con un volumen antonimamente necesario para escucharte, convencerte y cancelar alguna posible oposición. Para llegar victoriosa a tu morada, lo que no significa estrictamente haber ganado la batalla que antes se libró; porque al final del día todos llegamos a analizar la jornada.

sábado, 7 de marzo de 2015

Su casa

Sin diferenciar la diferencia entre hablar con un extraño y molestarlo, va de en mesa en mesa contando su vida, esa que ya no existe. Porque es aquí, en este comedero donde moraba. Gerundiando imágenes, del verbo sacar, del interior de sus motetes. Mira hacia arriba buscando en todos los rincones de su memoria ese lugar, esa persona, ese momento...

miércoles, 4 de marzo de 2015

La princesa de la sonadora.

Él subirá en su caballo negro y blanco de metal, con treinta y seis patas y dos anillas que se deslizan sobre los senderos. Con estruendoso silencio la rescatará de esa tierra, donde las jaulas de las cabras son más importantes que la fértil doncella (ella que es de manos que germinan y rejuvenecen todo lo que tocan); presionera en esa mazmorra sin celdas. Siente coraje el príncipe y no logra entender como parece a la monarquía tenerle sin cuidado, mientras se inhuman los tronos bajo el lúpulo.

Frustrado el príncipe no concibe el sueño, con la alquimia que a su suerte canjea una pluma por su espada y en historicida se convierte. Y así va derramando su sangre negra y azul, envíando mensajes con palomas desplumadas. Y resignado ante las caricias de Morfeo, le llega al gallo su tan ansiado momento y al coquí, el de callar. 

miércoles, 14 de enero de 2015

A la espera...

A la espera de una oportunidad que no llega, a la espera pasan los dias con hambre. A la espera de tener al menos la esperanza, bajo una sombrilla que no pretende permitirles salir. 
Donde la gente no sabe cuando es el día primero, si ya pasó o está por venir.
A la espera por nada, vacíos, sin tolerancia pero dóciles a esperar. Siempre es un poco y de poco a poco baja la senda del tiempo. Caras bonitas, cartas feas ¿Establecidas por quien? 
A la espera en un abanico analfabeta, salas de vacíos, repletas.