Esa noche en la que el ruido de las cosas irrumpía el sueño,
una noche antes de llevarte los colores y los trazos.
A tres días del grito, grito que fue opacado por el viento
y los barcos no llegaron.
Fue hace uno, ya diez y ciento cincuenta años,
cuando se hizo grito, llanto y silencio.
Vuelve la calma, la misma calma que nos deja en el limbo
y todos los días son domingo,
jornadas de espera,
larga espera y noches llenas de puntos brillantes,
como nunca se antes se habrían visto.
Se nos olvidó el grito y la independencia,
fue otra vez la calma y las palabras de un estado en inercia que hicieron a un pueblo olvidarse del gobierno.
Ley seca, toque de queda y la anarquía en pleno apogeo
y los pueblos se salvaron los unos a los otros.
¿Grito o silencio?
[Un desierto]
Diez años, un día
y ciento cincuenta.
Aves de rapiña con velos,
ancianos y niños con el agua al cuello,
y acorralados,
un puñado de valientes.
¿Grito o silencio?
[Un desierto]
Aquel hombre de barba,
no llega,
ni los barcos…
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